Verano de 2015. Recuerdo a la perfección el atardecer de un día concreto del mes de Agosto. Aquella apacible jornada, que ya tocaba a su fin, fue muy especial, pues acababa de aparcar mi coche en una plaza pegada a los muros del castillo de Wewelsburg. Tras recorrer los casi mil setecientos kilómetros en apenas dos días, la fortaleza germana de la que tanto había leído estaba ante mí. Cierta emoción comenzó a invadirme. Sus imponentes muros, además del espectacular entorno donde se encuentra ubicado el castillo, me dieron una bienvenida que jamás olvidaré.
.
Anduve con cierta parsimonia los metros que me separaban de la entrada principal del castillo. Recuerdo el cansancio acumulado mientras dejaba atrás la pequeña iglesia erigida junto a la fortaleza. Pero, al atravesar el pequeño puente que conduce hacia el recinto interior de la misma, la sensación pareció esfumarse como por arte de magia. Mis pisadas resonaron con prudencia dentro de aquel patio de forma triangular, acotado por muros de anchura generosa, encumbrados en cada una de las tres esquinas por torres cuyas formas invitan a todo visitante a permanecer absorto por su irrefrenable magnetismo.
.
Castillo de Wewelsburg.
De pronto, una voz me despertó del singular trance en el que me hallaba inmerso al tiempo que trataba de ubicar mil y una imágenes, en blanco y negro, de aquel castillo de Wewelsburg que desfilaban ante mis ojos a la velocidad del rayo. Era Kirsten, la directora del museo que hoy en día alberga el complejo de Wewelsburg, un lugar cargado de leyendas, crueldad, Historia, aún impregnado de un halo esotérico, donde realidades y mitos convergen en uno de los puntos más oscuros, o tal vez más misteriosos, de toda Alemania.
¿Por qué me desplacé hasta aquel lugar? La respuesta no puede ser otra que: investigar y documentarme para comenzar a dar forma a un nuevo proyecto literario. No importa cuándo lo comience. Tampoco importa cuándo lo concluya.
..
Lo esencial de aquel viaje fue que pude sentir el escenario y, tarde o temprano, el lector también será capaz de sentir lo que yo percibí, pues necesitaba empaparme de todo cuanto experimentaron los personajes reales que allí vivieron y murieron.
Antecedentes históricos de la fortaleza.
Wewelsburg, ubicada en Westfalia, al oeste de Alemania, no muy lejos de Dortmund y Colonia, es una modesta población que en la actualidad apenas supera los dos mil habitantes. Llama en especial la atención el castillo erigido en el punto más alto de la misma, una colina que despunta en los alrededores, desde la que se tiene una vista completa de todo cuanto la rodea.
.
La singular fortaleza que despunta en el paisaje de tintes armónicos y apacibles, remonta sus orígenes a la edad media. Varias fuentes dejan constancia de emplazamientos en aquella colina que datan de los siglos IX y X.
..
Aunque la actual construcción renacentista que podemos apreciar en todo su esplendor, la que se ha hecho célebre por su vinculación con las SS de Heinrich Himmler, fue construido a comienzos del siglo XVII. Desde entonces, hasta hoy, ha sufrido distintas reformas y reconstrucciones.
..
Es en el año 1934 cuando Himmler, Reichsführer de las SS, arrendó el castillo de Wewelsburg al distrito de Büren – Paderborn (región a la que pertenece la villa) tras mantener varias negociaciones durante casi todo el año anterior. El coste estipulado en el contrato de alquiler no fue muy elevado para las SS. Se pagó la simbólica cifra de 1 Reichsmark por año, para un periodo total de cien años, cuya primera cuota se estableció para el 1 de Enero de 1934…
.
Esta entrega al completo, y muchas más, disponible en mi reciente publicación titulada «Soldados. Hazañas y batallas».
Ⓟ y Ⓒ Daniel Ortega del Pozo
..
PD: Si disfrutaste de este episodio histórico, te espera mucho más en mis novelas. Puedes acceder a ellas en: Mis libros.